sábado, 1 de enero de 2011

Un 14 de febrero cualquiera

Me levanto con ánimo de Requiem y me visto -sin pensar demasiado- de rojo y negro. Después, los colores adquieren significado frente al azogue que devuelve una expresión entre sonrisa y mueca, de llevar la bandera imposible de un olvido pretendido. El día comienza a las puertas del gusano subterráneo cuando los repartidores de periódicos gratuitos asaltan con un puñado de papeles doblados y un post-it de una floristería en forma de buenos días. La rutina gobierna mis piernas de camino memorizado. Los gestos se repiten y febrero resbala entre los asientos libres del vagón de metro. Nada espero del día y por eso, lo espero todo.

El anillo

Él no cree en las señales, cree en mí. Duerme abrazado a una noche efímera que afila dientes mientras apaga mi nombre. Entre los repliegues de su sueño, yo engendro los míos en un parto doloroso y sin testigos. El día en que perdí el anillo que me regaló cayeron los peces del grabado tornándose en un único animal acuático, un monstruo. Los monstruos lo son porque no duermen. A ellos también les duele su condición, como a nosotros.

Sobre la literatura

No sé narrar. Nunca supe más que contar los dedos de la mano, ésa que pierde anillos que se recuestan el tiempo justo para dar señales y arrancar promesas. Siempre envidié aquellos con un leitmotiv, con un impulso visceral por algo, por pequeño que fuera y me engañaba a mi misma al pensar que lo podría encontrar en lo literario. Falacia absurda. La realidad tan cambiante, tan polisémica y colorida, siempre se antepuso. Nada me arrastra tanto como los rostros que escapan a toda definición y a toda palabra. Nada tanto como vivir. Sin más.

3 comentarios:

  1. Nunca supe más que contar los dedos de la mano. Ésa que pierde anillos.
    Nada me arrastra tanto como los rostros que escapan a toda definición.
    Nada tanto como vivir. Sin más.

    ¡¡Me gusta!!

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  2. Un precioso relato mezcla de prosa y sentimientos poéticos. ¡ME HA ENCANTADO!

    Besos.

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  3. Muchas gracias. No había visto los comentarios.

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